¿FIN DEL EFECTIVO?

En la actualidad, más del 70% de las empresas en Europa cree que las monedas y los billetes desaparecerán en el año 2030. Por el contrario, algunos expertos consideran que el dinero en efectivo no desaparecerá y creen que los métodos de pago tradicionales y digitales van a convivir durante muchos años, el hecho de plantearse dicha actuación es una realidad que se encuentra presente, y para ello, como para todo, existen motivos para encontrarse a favor y para encontrarse en contra.

Tas esto, una de las principales ventajas de la eliminación del efectivo, sin alguna duda, sería la reducción del fraude y blanqueo de capitales, lo que nos acercaría más al fin de la economía sumergida y la actividad ilegal.

A su vez, esto favorecerá a la reducción de costes, prevención de pandemias, reducción de ciertos delitos, mayor control de la política monetaria, en situaciones de crísis se eliminará el riesgo de contagio entre bancos y países, y por último, y se pondrá fin a la problemática de las retiradas masivas.

Sin embargo, no todo sería positivo. Para empezar, nuestra libertad y privacidad se vería directamente agredida. Estaríamos totalmente controlados y nuestras transacciones cotidianas mostrarían los aspectos más íntimos de nuestra vida.

Esto también incluirá desventajas como por ejemplo la pérdida de la capacidad de decisión,  la bancarización de la economía, se producirá una reducción del ahorro, producirá una mayor brecha digital, producirá un mayor nivel de costes para las empresas, y a su vez un posible aumento de delitos dentro de la red.

Para este progresivo paso, Hacienda ya ha comenzado ha hacer cambios, como por ejemplo la limitación de pagos en metálico de 2.500 euros a 1000 euros. 

Sobre este tema recomiendo que se vea la entrevista que le hicieron a Mario Conde hace un par de semanas sobre el futuro de la banca.