¿Cómo puede España combatir la estanflación?

Para empezar, la estanflación es un fenómeno económico que consiste en la combinación de la inflación, que es la subida generalizada de los precios durante un período continuado de tiempo, con el desempleo. En el caso de España la inflación acumulada en 2022 es del 5.7%, mientras que el desempleo es del 12,7%. 

Se trata de un problema muy difícil de atajar, pues para solucionar uno de estos dos problemas suele ser mediante medidas que acaban afectando negativamente al otro problema. Por ejemplo, si se quiere atajar el problema de la inflación se deben subir los tipos de interés para disminuir así la oferta de dinero. Sin embargo, esto provocará la caída de las inversiones y, en consecuencia, una subida del desempleo. Por otra parte, si se intenta estimular la economía para reducir el desempleo, se suelen tomar decisiones como bajar los tipos de interés o incrementar el gasto público, lo que inevitablemente lleva a la subida de los precios y a un riesgo de hiperinflación. 

Cuando la estanflación afectó a los Estados Unidos durante la crisis del petróleo, los estadounidenses y británicos la solucionaron mediante la desregulación, tratar de alcanzar el empleo parcial (y no pleno), según las ideas de Friedman, la disminución del peso estatal y la libertad económica. Además, trataron de controlar los salarios y los beneficios empresariales.

Ahora bien, España tiene dos graves problemas que le limita a la hora de tomar este tipo de políticas: garantizar las pensiones. Dado que ya son gran parte del electorado y que debido a la pirámide poblacional el número de pensionistas no hace más que crecer, es poco probable que cualquier gobierno vaya a quitar de la espalda estatal la pesada mochila de las pensiones. 

Aunque suene impopular, hay que recortar tanto en impuestos como en gasto público para poder tener la oportunidad de salir de la estanflación lo antes posible. De momento, el Gobierno ha anunciado una baja del IVA para combatir la inflación, con lo que parece posible que España ya haya entrado en la etapa de austeridad que le espera para combatir este fenómeno económico que trae dolores de cabeza a los grandes economistas con tan solo nombrarlo.