La caída de FTX

 

Las criptomonedas son un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias.

Son elementos que se pueden transferir a cualquier persona a través de internet sin necesidad de que exista un intermediario, como podría ser un banco. Y donde también se puede utilizar para hacer pagos.

Cuentan con diversas características diferenciadoras respecto a los sistemas tradicionales: no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no requieren de intermediaros en las transacciones. Se usa una base de datos descentralizada, blockchain o registro contable compartido, para el control de estas transacciones.

Con todo este auge de las criptomonedas, han surgido numerosas plataformas de intercambio de criptomonedas, ya sean "Etoro", "FTX", "Binance"...

Tras esta importante fuerza que se ha formando entorno a las criptomonedas, Sam Bankman-Fried decidió en el año 2019 fundar dicha plataforma con sede en Bahamas. dicha compañía consiguió un importante apogeo en el 2021, pues tenía más de un millón de usuarios y era el tercer mercado de criptomonedas más grande del mundo.

¿Qué ha sido de FTX?

La empresa, que ofrecía servicios de trading con criptomonedas, se consolidó como un símbolo en la industria por su cercanía con inversionistas institucionales y su ejecución: reportó que sus ingresos habían pasado de 90 millones de dólares, en 2020, a un billón de dólares en 2021.

Sin embargo, en tan solo tres días su plataforma experimentó salidas de capital por un valor de seis billones de dólares tras citar que presentaban problemas de liquidez y que se filtrase la posible compra de la empresa por parte de Binance.

Para concluir, ese mismo sábado, la cuenta en Twitter de la compañía anunció que la empresa fue hackeada y perdió 600 millones de dólares. 

La caída de FTX nos muestra que solo es seguro manejar estos activos a través de billeteras físicas o en inglés, hardware wallets.